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lunes, 28 de febrero de 2011

Para que un proyecto avance necesita su propio riel



Nos ha sucedido a muchos. Pensamos, imaginamos, proyectos que nunca arrancan, o que arrancan pero se detienen constantemente, y finalmente tardan años en consolidarse,…o nunca se consolidan.



En el aire abundan razones para postergar nuestro proyecto personal, ya sea una empresa u otro tipo de emprendimiento.

El asunto es que siempre, a la menor provocación, lo ponemos en la cola de los pendientes.

¿Porque no es lo más urgente?

Quizá, pero sí es lo más importante.

¿Porqué sucede esto?

Hay infinidad de razones, las que encuentro más comunes son:

  • Falta de disciplina

  • No saber poner límites

  • Involucrarse en cosas que nada tienen qué ver con uno

  • Falta de método

  • Olvido

Pero la más común: falta de compromiso.

Sin embargo compromiso es definición.

¿Y lo contrario?

Diluirse en la nada de todos los días.

Y es fácil caer ahí porque la mayoría está en eso. Dicen tener un proyecto pero nunca los ves hacer algo.

De manera que no hay prisa y sólo se trata de resolver lo que está al alcance de nuestra corta vista: lo ultrainmediato.

Pero un proyecto verdadero debe contar con su propio riel, con su propio carril. Nada lo puede o debe detener.

Sólo de ese modo, algún día, podrá llegar a algún lado.

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